¡Qué pasa, amante de los teclados mecánicos! Seguro que en alguna ocasión has montado tu primer teclado, has conectado el cable y ese primer «click» te ha parecido la música más bonita del mundo. Es una sensación increíble, ¿verdad? Pero, ¿y te dijera que hay un nivel más allá? Un punto en el que tu teclado pasa de ser «guay» a ser una auténtica obra de arte que te pone la piel de gallina con cada pulsación.
Ese secreto, ese ritual que separa a los novatos de los verdaderos manitas de este mundillo, tiene un nombre: lubricar switches y estabilizadores. Y verdaderamente es un arte lleno de paciencia y esmero. Los beneficios son tan gigantes que te preguntarás cómo has podido vivir sin ello hasta ahora. ¡Vamos a explicarte las ventajas!
Cuidado con el «Lubricado de Fábrica»
Ahora mismo estarás pensando: «Vale, pero yo compré unos switches que ya venían lubricados de fábrica, ¿no?». ¡Pues para! Que eso no marca verdaderamente la diferencia ni en switches ni en estabilizadores y te contamos por qué.
El llamado «lubricado de fábrica» no tiene nada que ver con el lubricado manual que te estamos contando. A menudo, consiste en una sola gota de lubricante genérico que una máquina suelta a lo bestia sobre la pila de switches, sin importar si cae bien o si se reparte de forma uniforme. No hay una operativa en la que humanos o máquinas lo esparcen por las piezas clave. El resultado es una lubricación pobre, desigual y que a veces hasta es peor que no tener nada, porque crea zonas pegajosas y otras que siguen rugosas.
Aquí es donde entra el arte. El lubricado manual es un proceso de precisión, de aplicar la cantidad justa en el sitio exacto: el vástago (stem) y el alojamiento (housing) de cada switch. Es la diferencia entre un plato de comida precocinado y un plato hecho por un chef con mimo y conocimiento. Si a esto le añades que todos los trabajos se hagan a pincel, uno a uno sin ayuda de «bolsitas impregnadas» en la que metes todo y agitas sin ton ni son, entonces ya has marcado la gran diferencia.
¿Por qué demonios debería invertir tiempo en lubricar switches?
Imagina una puerta. Una puerta normal, que cumple su función. Ahora, imagina esa misma puerta, pero con sus bisagras bien engrasadas, que se abre y se cierra con un movimiento suave, silencioso y satisfactorio. Esa, amigo mío, es la diferencia entre un switch sin lubricar y uno lubricado a mano.
Pero vamos a lo práctico, ¿qué ganas exactamente?
- Un Sonido definitivo: El sonido es rey en el mundo de los teclados mecánicos. Un switch sin lubricar puede tener un sonido metálico, un «ping» característico o un «clack» muy seco. Al lubricar, ese sonido se transforma. Se vuelve más profundo, más «cremoso» y consistente. Buscamos ese famoso «thock» que tanto nos flipa, un sonido grave y aterciopelado que hace que escribir sea un placer para los oídos. Adiós chirridos, hola sinfonía.
- Un tacto Sedoso: Cada vez que pulsas una tecla, el plástico del switch roza con el plástico del alojamiento. Esa fricción, por mínima que sea, es lo que da una sensación de «rugosidad». La lubricación reduce esa fricción al mínimo. El resultado es una pulsación increíblemente suave, como si la tecla se deslizara sobre mantequilla. Si tienes switches lineales, se volverán «buttery» por definición. Si son táctiles, el punto de actuación se sentirá mucho más limpio y definido, sin esa «arenilla» de fondo.
- La Consistencia es la Clave: Lubricar tus switches asegura que todas y cada una de las teclas de tu teclado se sientan y suenen igual. Sin variaciones raras. Cada tecla será una réplica perfecta de la anterior, creando una experiencia de escritura uniforme y de altísima calidad.
Y los estabilizadores, ¿no se olvidan?
¡Para nada! De hecho, lubricar los estabilizadores es, si cabe, incluso más importante. Piensa en las teclas más grandes de tu teclado: la barra espaciadora, el Enter, el Shift… Son las que más usamos y las que, por su tamaño, necesitan ayuda para no tambalearse. Esos son los estabilizadores.
Un estabilizador sin lubricar es la principal fuente de los problemas más comunes:
- El famoso «rattle»: Esa vibración y sonido a plástico suelto que hace la barra espaciadora al soltarla. Horrible.
- Sonido metálico: Un «clanc» feo y desagradable que rompe la armonía del resto del teclado.
- Tacto pesado y esponjoso: La sensación de que la tecla no se mueve con la misma fluidez que las demás.
Al lubricar estabilizadores, eliminas todos esos males. La barra espaciadora se sentirá tan firme y sólida como cualquier tecla del 1, y su sonido se integrará a la perfección con el «thock» del resto del teclado. Es una mejora que se nota al instante.
Atentos a las proporciones y zonas de lubricado
No todo vale en este minucioso proceso, hay muchos detalles a tener en cuenta. Un exceso de lubricante puede ser tan perjudicial como la escasez o la ausencia. Usar los lubricantes incorrectos es también un fallo habitual, pues no todo vale para cada pieza. También hay que tener muy en cuenta que hay tipos de switches donde hay zonas que no se deben lubricar e incluso otros que por su arquitectura (Clicky o Silent), lo mejor es dejarlos tal y como vienen de fábrica.
¿No tienes tiempo o ganas de lubricar switches o lubricar estabilizadores? ¡Nosotros lo hacemos por ti!
Entendemos perfectamente que, aunque el proceso es gratificante, no todo el mundo tiene el tiempo, las herramientas o simplemente las ganas de ponerse a lubricar 100 switches a mano. ¡No te preocupes! Para eso estamos nosotros.
En kbdmania.com tenemos el Taller de Optimización de Teclados. Te recogemos tu teclado y/o tus switches, los tratamos con el mimo y la profesionalidad que se merecen, usando los mejores lubricantes del mercado, y te los devolvemos transformados. Listos para que los montes y disfrutes de una experiencia de otro planeta sin mancharte las manos. El proceso es registrado con fotos y vídeos de todos los pasos y tendrás siempre puntual acceso a todos los detalles.
Pásate por nuestra sección de «Taller» y descubre cómo llevar tu teclado al siguiente nivel. O si prefieres hacerlo tu mismo, en nuestra sección Optimización de teclados tienes algunos de los elementos que necesitarás para hacer el proceso tú mismo.
El antes y el después: una diferencia que te hará flipar
No hay forma de explicarlo. Tienes que probarlo. El día que termines de montar tu teclado con los switches y estabilizadores lubricados (por ti o por nosotros), y escribas la primera frase, te pararás a pensar: «Wow… esto es lo mío». Es la guinda del pastel. Es el detalle que convierte un conjunto de piezas en un instrumento de precisión hecho a tu medida.
Así que ya sabes. Si quieres llevar tu experiencia al siguiente nivel, si quieres que tu teclado suene y se sienta como un dispositivo de gama premium (¡sea el modelo que sea!), no lo dudes más. Anímate a lubricar switches y estabilizadores. Tu teclado te lo agradecerá con cada pulsación.
Dispones también de una guía tutorial en nuestro blog: Cómo lubricar switches – Guía para principiantes , pásate por ahí y echas aun vistazo y si lo prefieres, contáctanos 😉.

